A Tamara Falcó e Íñigo Onieva les quedan apenas cuatro meses para darse el 'sí quiero' delante de sus más allegados. La pareja está inmersa en los preparativos de la boda, pues quieren que esté todo bien organizado para su gran día.
Los medios de comunicación están muy pendientes de cada detalle que la marquesa de Griñón y el empresario ofrecen sobre su enlace. Y es por ello que, siempre que pueden, aprovechan para preguntarles cómo lo llevan.
Aunque la socialité haya reconocido que su marido cuenta con una faceta oculta de wedding planner, parece que hablar sobre la organización de su boda no le hace especial ilusión, y así lo ha demostrado ante las cámaras de dos reporteras que se encontraban a las puertas de su domicilio el pasado jueves por la noche.
"Apaga esa luz, por favor, que es un incordio. Está todo el mundo por aquí. Por favor, apagar eso que es un coñazo", fue lo primero que dijo el prometido de la socialité. "Por favor, son las doce de la noche. ¿Podéis dejar de molestar?", continuó, sin dejar expresarse a las periodistas.
Íñigo Onieva se mostró bastante molesto con la prensa y les dijo que se marcharan de allí: "¡Que no son horas! Iros ya a casa. No son horas para preguntar nada".
"Estáis con flashes en mitad de la noche, iros ya a casa. Sabéis que no respondo nunca a nada, es que no entiendo qué hacéis", fueron las últimas palabras que el empresario ofreció a los micrófonos, antes de marcharse con su perro para darle su rutinario paseo nocturno.
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